“Límites sanos dentro (y fuera) de la familia”

Exploraremos la terapia sistémica familiar, destacando cómo los límites intrafamiliares saludables fomentan autonomía, respeto y preparación para la vida en sociedad.

María de los Ángeles Ibañez, licenciada y profesora de psicología (UNC), MP. 14.828

10/20/20254 min read

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Iniciamos este artículo, como ya mencioné en el anterior, destacando que mi práctica clínica se centra en la terapia sistémica familiar, el enfoque en el que me formo desde hace varios años. Esta perspectiva sostiene, como muchos ya saben, que “la familia constituye un sistema interconectado donde los problemas individuales se comprenden como parte de las dinámicas interpersonales y de los patrones de comunicación que operan como un conjunto en constante interacción”. El objetivo es siempre entender y transformar las relaciones entre los miembros del grupo familiar, reconociendo que un cambio en uno impacta en todo el sistema. El foco se pone en las interacciones entre los componentes, lo que permite interpretar los desafíos o dificultades como el resultado de patrones de comunicación, interacción y normas que rigen el sistema. Cada integrante influye en los demás (y es influido por ellos), de modo que cualquier modificación en un miembro o en una dinámica repercute en el conjunto, buscando mantener un equilibrio (homeostasis). Esta teoría considera las situaciones conflictivas o desafiantes como “mensajeros”, es decir, señales que indican que algo no funciona correctamente. Por ello, hablamos de disfuncionalidad en lugar de problemas o conflictos.

Ahora bien, me parece valioso reflexionar sobre un concepto recurrente en el consultorio, relacionado con las formas en que los seres humanos nos vinculamos, particularmente en el seno familiar, y tal vez con mayor relevancia en los primeros años - me aventuraría a decir, ¿hasta los primeros 20 años? desde la formación de una familia, aunque podría ser más o menos tiempo, ya que cada familia es un universo único - los límites intrafamiliares. En este contexto, considerando lo expuesto, ¿qué lleva a una familia a establecer límites internos que sean saludables? Y, por el contrario, ¿qué las conduce a definir límites insanos, desadaptativos, dolorosos o incluso injustos? Primero, definamos los “límites”. La descripción más sencilla los presenta como “puntos que separan dos áreas, marcando el tope de algo que no se puede traspasar”. En el ámbito familiar, los límites son las reglas y normas que regulan las interacciones entre los miembros, estableciendo qué comportamientos son aceptables y cuáles no. Su propósito es proteger la identidad de cada integrante y del sistema familiar como un todo, proporcionando una estructura saludable que fomente seguridad, autonomía y respeto mutuo. Es crucial identificar los tipos de límites que existen en una familia. Estos pueden ser: claros, que definen las normas de interacción de manera precisa, logrando un equilibrio entre la autonomía individual y la conexión familiar; difusos, que carecen de claridad, generando confusión, falta de autonomía e interdependencia excesiva; o rígidos, que son demasiado estrictos y provocan distanciamiento, dificultando la comunicación y la flexibilidad. Por tanto, es fundamental analizar las características de los límites establecidos en cada familia para determinar si son saludables o adaptativos. De lo contrario, se verán afectadas sus funciones esenciales: seguridad, autonomía, respeto mutuo y preparación para la vida en sociedad. ¿Qué implica esto? Veamos un ejemplo: Si en una familia se establece como límite que “todos los miembros deben estar en casa antes de las 20:00 sin excepción”, esto indica que hasta esa hora se permite estar fuera, ya sea en el trabajo, la escuela, el club, actividades recreativas, artísticas o salidas con amigos, pero después es obligatorio cumplir con el acuerdo. Esta norma busca promover valores como la puntualidad, la responsabilidad y el respeto, definiendo lo que es aceptable en el núcleo familiar. Así, se fomenta la seguridad, la organización y el cuidado de la salud mental de los miembros (y del sistema familiar), previniendo el agotamiento emocional y el resentimiento. Entonces, ¿por qué es problemático no respetar estas normas o acuerdos familiares? Porque incorporar hábitos de buena educación dentro de la familia maximiza las posibilidades de comportarse de manera positiva y adaptativa en el entorno social. Esto prepara a los individuos para la vida en sociedad, que, al igual que la familia, se rige por restricciones, normas y acuerdos, en una cultura, época y región específicas. En este sentido, establecer límites dentro de la familia también implica delimitar fronteras para el mundo exterior, ya que los límites personales aprendidos en el núcleo familiar protegen el espacio individual frente a los demás. Esto ayuda a evitar dinámicas de complacencia, manipulación o incluso violencia, fortaleciendo la autoestima y la satisfacción en las relaciones interpersonales. Por otro lado, la falta de límites interpersonales claros puede llevar a la invasión del espacio personal y emocional, rebasando las fronteras individuales, lo que resulta en una pérdida de control sobre la propia vida y un deterioro de la autoestima. Una gran aliada en este proceso es la comunicación, una herramienta esencial para transmitir de forma asertiva, directa y respetuosa las reglas y límites, manteniendo firmeza en las decisiones. Este recurso fortalece la autoestima, eleva el autoconcepto y la confianza, reduce el estrés y la ansiedad, y permite construir una vida con sentido que refleje los valores y deseos personales de cada individuo.

En conclusión, contar con un espacio profesional de escucha cálido, seguro y sin prejuicios es siempre positivo para explorar los límites intrafamiliares que hemos aprendido e interiorizado, y evaluar si los límites hacia el exterior han sido puentes hacia una socialización transformadora en un mundo complejo y diverso, con individuos distintos pero también similares a nosotros. Como siempre, si algo de este artículo resonó contigo, con tu historia pasada o tu realidad actual, no dudes en escribirnos para iniciar tu proceso terapéutico.

¡Te esperamos para acompañarte en este camino, será un placer!

@psipuntodeacuerdo @lic.mariadelosangelesibanez